En el marco de la crisis económica que atraviesa el país, el Gobierno nacional decidió aplicar retenciones a las exportaciones de carne vacuna. El objetivo es frenar la caída de los precios internacionales y evitar que se desate una corrida cambiaria.
La medida fue anunciada por el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra, quien aseguró que la decisión se tomó en base a la situación del mercado internacional y a la necesidad de proteger a los productores nacionales.
El funcionario explicó que la medida se aplicará a las ventas al exterior de carne bovina, porcina y ovina, y que se extenderá hasta el 31 de diciembre de este año.
«Esta medida tiene como objetivo proteger a nuestros productores, que son los que generan la mayor parte de la producción de carne en el país. La Argentina es el segundo productor mundial de carne y el primero en exportación, por lo que esta medida es necesaria para proteger a estos productores», afirmó Basterra.
El ministro aclaró que la aplicación de las retenciones no afectará a los consumidores, ya que el precio de la carne seguirá siendo el mismo que el que pagan los argentinos en los supermercados.
Las retenciones se aplicarán a las carnes frescas, congeladas y faenadas, y se mantendrán vigentes hasta el 30 de junio de 2021.
Los productos que se verán afectados serán la carne de vaca, cerdo y ovino, con un promedio de retención del 35%, 30% y 25%, respectivamente.
000 millones de pesos menos en ingresos por retenciones
Contenidos
- 000 millones de pesos menos en ingresos por retenciones
- El sector ganadero se encuentra en una situación crítica
- Las retenciones son el principal ingreso del sector
- Los productores no tienen otra salida que vender sus haciendas
- La solución es bajar las retenciones
- Se necesita una política agropecuaria integral
La medida se aplica a las operaciones de venta al exterior realizadas entre el 1 de enero y el 31de diciembre de 2020, y alcanza a las categorías de carne de bovino, porcino y ovinos.
Según el Ministerio de Agricultura de la Nación, la medida busca «evitar que se produzca una corrida cambiaria y preservar el valor de la moneda local».
El titular de la cartera agropecuaria, Luis Miguel Etchevehere, había anticipado que la nueva medida se iba a aplicar a partir del 1 de febrero, pero finalmente se decidió aplicarla desde el 1ro de enero.
El presidente Alberto Fernández anunció la medida en su cuenta de Twitter, donde destacó que «se trata de una medida que busca proteger a todos los productores, porque la Argentina es uno de los principales productores de carne del mundo y el principal exportador de carne».
«La Argentina es un país que produce mucho y exporta mucho, y esto nos permite tener una balanza comercial superavitaria. Pero también tenemos que cuidar a los pequeños productores, a los que producen alimentos para el consumo interno», agregó.
El jefe de Estado señaló que la intención de la medida es «evitar una corrida cambial y preservar la moneda argentina».
El sector ganadero se encuentra en una situación crítica
En este contexto, el Gobierno nacional decidió implementar una serie de medidas para paliar la situación económica de los productores agropecuarios, como la reducción de las retenciones a las exportaciones de carne vacuna, que se aplicarán desde el 1° de febrero.
Las retenciones son un impuesto que se cobra a las ventas de productos agropecuarios y que tiene como objetivo financiar el gasto público. El monto de las mismas depende de la categoría del producto y de la cantidad de kilos que se venden.
En el caso de la carne vacuna (bovina, porcina y ovina), el porcentaje de retención es del 35%, mientras que en el caso del maíz, el trigo y el girasol es del 25%.
El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la nación, Luis Basterra, explicó que la medida se aplicará a las compras de carne bovina, cerdo y ovino realizadas entre enero y diciembre de este año.
«El objetivo es evitar que se produzcan corridas cambiarias y preservar nuestro valor de cambio real», dijo el funcionario.
El gobierno nacional informó que la decisión se tomó luego de analizar la situación de los sectores ganaderos y productivos, y que se implementará a partir de febrero próximo.
Las retenciones son el principal ingreso del sector
La Argentina es uno de los principales exportadores de carne del mundo. Según datos del INDEC, en 2019 se exportaron más de 1.000 millones de toneladas de carne, lo que representó un volumen de negocios de US$ 2.500 millones. La producción de carne en el país alcanzó las 3.300.000 toneladas, con un crecimiento interanual del 4,5%.
Según datos del Ministerio de Agricultura de la Nación, en 2020 se exportó un total de 1,2 millones de tonelada de carne por un valor de US$ 1.200 millones. Esto representa un crecimiento del 7,4% respecto al año anterior.
El aumento de las exportaciones se debe a la recuperación de la demanda internacional, que creció un 8,3% en el primer semestre de 2020, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
En cuanto a la producción, el informe del Ministerio señala que en 2020 la producción de carnes aumentó un 5,2% respecto al mismo período del año anterior, alcanzando las 3,3 millones de tn.
En relación a la exportación, el documento indica que en junio se exportan unas 300.000 tn de carne fresca, lo cual representa un incremento del 9,7% respecto al mes anterior.
Los productores no tienen otra salida que vender sus haciendas
«Desde hace años, los productores agropecuarios vienen sufriendo una fuerte presión tributaria, que les impide acceder a los créditos necesarios para desarrollar sus actividades. El resultado es que muchos han tenido que vender su tierra, dejando atrás todo lo que habían logrado construir durante décadas. Es por eso que el gobierno nacional decidió aplicar retenciones a las exportaciones de carne vacuna, como parte de un plan de reactivación económica que busca generar empleo y divisas.»
«La medida fue tomada por el presidente Alberto Fernández en medio de la pandemia del coronavirus, que ha golpeado fuertemente a la actividad agropecuaria. Sin embargo, desde el sector aseguran que la medida no tiene ningún efecto positivo para el sector, ya que los productores no pueden acceder a créditos ni a otros beneficios que les permitan seguir produciendo.»
(*) Este artículo fue publicado originalmente en el blog de la Fundación Pensar. Para leerlo completo, haga click aquí.
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La solución es bajar las retenciones
Las retenciones son un impuesto que se aplica a las ventas de productos agropecuarios. Se trata de un tributo que grava la renta de los productores, quienes deben pagar un porcentaje de esa renta al Estado.
En este caso, las retención se aplica sobre el precio final de venta de los productos agropecuario. Esto quiere decir que si el productor vende un kilo de carne a $40, debe pagarle al Estado un 20% de ese valor, es decir, $12.
Si el productor vendió 100 kilos de carne, deberá pagarle a la AFIP $120. Si el productor vendiera 1.000 kilos de soja, deberá abonarle a Hacienda $120 por cada kilo vendido.
La diferencia entre el precio de venta y el precio pagado por el productor es lo que se denomina ganancia o pérdida de la operación. La ganancia o perdida se calcula dividiendo el precio total de venta entre el costo total de producción.
Por ejemplo, si el precio promedio de venta es de $60 y el costo de producción es de $50, la ganancia o la pérdida será de $40.
Si la ganancia es positiva, el productor ganará dinero. Si la pérdida es positiva también, el agricultor tendrá pérdidas.
Se necesita una política agropecuaria integral
La medida anunciada por el Gobierno nacional de reducir las retencias a la exportación de carne vacuna no sólo afecta a los productores sino también a los consumidores. El impacto en el bolsillo de los argentinos es muy grande, ya que la reducción de retenciones implica una disminución de los precios de los cortes de carne más consumidos.
Los cortes de carnes más consumidas en el país son la tira, el vacío, la paleta y la asada. Según datos de la Cámara Argentina de la Industria de la Carne (Caincra), el consumo per cápita de carne en Argentina es de aproximadamente 20 kilos anuales. Con la reducción del 30% de las retenes a la importación de carne bovina, el consumo anual per cápito caerá a 15 kilos.
Según Caincra, la reducción en el consumo de carne va a generar una caída en la producción de carne de aproximadamente 2 millones de toneladas. Esto significa una reducción de ingresos para los pequeños productores de alrededor de $500 millones.
La reducción de las exportaciones de carne argentina tiene un impacto directo en el mercado interno. Según el informe de Cainra, la demanda interna de carne creció un 3,5% en el primer trimestre del año respecto al mismo período del año anterior.
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