San Expedito es un santo muy venerado en la Iglesia Católica, y se le considera el patrono de los viajeros. Es conocido por su gran devoción a la Virgen María, y por ser el santo que más milagros ha realizado en la historia de la Iglesia.
En este artículo vamos a tratar de explicar cómo rezar nueve días a San Exedito para conseguir lo que deseamos. Para ello, vamos a utilizar la oración que nos ofrece la Iglesia católica, y que puedes encontrar en el libro de oraciones del Padre Pío.
La oración a San Expeditio es una de las más populares entre los católicos, y es que se trata de una oración muy sencilla de realizar, y con la que podemos conseguir muchos beneficios. En primer lugar, debemos tener en cuenta que esta oración no es una fórmula mágica, sino que es una oración que debemos rezar cada día durante nueve días consecutivos.
Es importante que sepamos que la oración a san Expedito no es algo que podamos hacer de forma casual, sino todo lo contrario. Debemos rezarla todos los días, y si queremos que funcione, debemos hacerlo durante nueve jornadas consecutivas.
En el nombre de Dios, Padre todopoderoso, Hijo único del Padre, Espíritu Santo, que vive y reina por los siglos de los siglos
Contenidos
1.- La primera cosa que debemos hacer es rezar el Padrenuestro, y después decir: «Señor, te damos gracias por tu bondad y por tu misericordia, porque has escuchado nuestras oraciones y has enviado a tu Hijo para salvarnos».
2.- Después, debemos repetir la siguiente oración: «Dios mío, tú que conoces nuestros pensamientos, escucha nuestras orACIONES y haz que nuestro deseo se cumpla».
3.- Por último, debemos decir: «Danos, Señor, la gracia de cumplir tus mandamientos y de amar a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con toda nuestro mente».
4.- A continuación, debemos rezar el Rosario, y decir: «Amen». Y luego, repetimos la siguiente oración, que es la que nos interesa:
«Dios mío y Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. Perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe; y no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal. Amén».
Amén
‘Amén’ es una oración que se utiliza en la liturgia católica para responder a las peticiones que se hacen en la oración. Es una oración corta, que se puede decir en voz alta o en silencio. Se dice antes de comenzar la oración principal, y se repite al final de la misma.
Es una oración muy sencilla, pero que tiene un gran poder. La mayoría de las personas la utilizan para pedir algo, ya sea para conseguir un trabajo, para conseguir una cita, para pedir un favor, para pedirle a Dios que les ayude en algún momento de su vida, etc.
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El pasado sábado día 13 de noviembre, tuvo lugar en el Centro Cultural de El Campello, la presentación del libro “De la mano de Don Quijote”, escrito por el profesor de Lengua Castellana y Literatura, José Antonio García López, y editado por la Editorial Algaida.
El acto contó con la presencia de la Concejala de Cultura, María Dolores Navarro, y del autor del libro, quien agradeció la invitación y destacó la importancia de este tipo de iniciativas para acercar la literatura a los jóvenes.
Por Jesucristo nuestro Señor
En el Evangelio de hoy, Jesús nos enseña cómo debemos rezar para obtener lo que deseamos. Él nos enseña que debemos orar con fe, confiando en que Dios escucha nuestras oraciones y responde a ellas. Él también nos enseña a orar en secreto, porque así podemos estar seguros de que Dios escuchará nuestras oranzas.
La oración es una forma de comunicación con Dios. Cuando oramos, estamos comunicándonos con Dios, expresando nuestra voluntad y pidiendo que nos ayude a alcanzar nuestros objetivos. La oración es un medio para acercarnos a Dios y para conocerle mejor. La Biblia nos enseña muchas formas de orar, como la oración de petición, la oración intercesora, la súplica, la plegaria, la confesión, la adoración, la acción de gracias, la petición y la súplicación.
La primera oración que Jesús enseñó a sus discípulos fue la oración a Dios Padre. Esta oración es la base de toda oración cristiana. Jesús nos enseñó que debemos tener confianza en Dios y pedirle que nos dé lo que necesitamos. Él no nos dará lo que no pedimos, sino lo que pedimos con sinceridad y amor.
Jesús nos enseña también que debemos rezar en secreto.
Por la Santísima Virgen María, Madre de Dios, Reina de los Cielos y de la Tierra
‘Por la santísima Virgen Maria, Madre De Dios, reina de los cielos y tierra, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén’.
‘Por Jesúcristo nuestro Señor, Hijo de Dios vivo, nacido de la Virgen María según la carne, y por el Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo, y que vive y reina contigo y con el Espírito Santo por los siglos de los siglos. Amém’.
‘El Señor te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios…’.
‘La paz sea con vosotros. Os doy gracias, Padre, Señor del cielo y de esta casa, por haberme elegido para ser vuestro servidor. Por Cristo Jesús, mi Señor. Amado Padre, os ruego que me concedáis la gracia de vivir siempre en vuestra presencia, de amaros siempre más y de serviros siempre mejor. Amadme, Padre. Yo os amo, Padre’.
‘Amen. Gracias, Señor, por este día.
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