Los padres de Pablo Duggan luchan por mantener a su hijo a salvo de la violencia en Colombia

Los padres de Pablo Duggan luchan por mantener a su hijo a salvo de la violencia en Colombia

La historia de Pablo es una de las más desgarradoras que he visto en los últimos años. Su padre, un hombre de negocios colombiano, fue asesinado en el año 2000 y su madre, una mujer de clase media, se quedó con él y sus dos hermanos pequeños. Ella no tenía dinero para pagarle a un tutor legal y tuvo que dejarlos a cargo de su abuela materna. La abuela era una mujer muy religiosa y le dijo a Pablo que si quería vivir, tendría que convertirse al cristianismo. Él estaba tan asustado que se negó a hacerlo. Cuando su abuela murió, su madre lo llevó a un orfanato católico donde permaneció durante tres años. Después de eso, su familia se mudó a Estados Unidos.
Pablo creció en un orfelinato católico en Nueva Jersey. Allí, aprendió a leer y escribir y comenzó a estudiar música. Pero cuando tenía 16 años, su vida cambió drásticamente. Un día, mientras jugaba con sus amigos en el patio trasero de su casa, recibió un disparo en la cabeza. Murió en el acto. Su madre se quedó devastada y nunca pudo superar el trauma. Ahora, ella lucha por mantenerlo a salvo del peligro que representa la violencia colombiana.
En Colombia, la violencia contra los niños es un problema grave. Según cifras oficiales, entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2017, se registraron 2.983 homicidios de niños y adolescentes.

Los padres de Pablo están preocupados por el futuro de su hijo, que ha sido víctima de amenazas y acoso en las calles de Bogotá.

Los padres de Paul han estado luchando por protegerlo de la amenaza de la delincuencia en Colombia. Foto: Getty Images
Cuando llegó a Estados Unido, su mamá se convirtió en ciudadana estadounidense y él se convirtió automáticamente en ciudadano estadounidense. Sin embargo, su papá sigue siendo colombiano. Por lo tanto, todavía tiene que obtener un permiso de trabajo para poder trabajar legalmente en Estados Unidos. Además, necesita un permiso especial para viajar a Colombia. El permiso de viaje cuesta alrededor de $ 500 y debe ser solicitado por el padre o la madre. Si no lo hace, puede ser arrestado y deportado.
Su mamá dice que está preocupada por el bienestar de su pequeño hijo. Ella quiere que pueda tener una vida normal como cualquier otro niño. Pero también quiere que su hijo pueda estar seguro. Ella sabe que su esposo trabaja duro para mantener a la familia y que no tiene tiempo para preocuparse por su hijo.

Los padres creen que los niños deben ser protegidos de la violencia y la intimidación.

La mayoría de los niños colombianos son víctimas de la pobreza y la violencia. Los niños pobres son más vulnerables a la violencia porque no tienen recursos para protegerse. La violencia contra los niños es particularmente grave en Colombia, donde la tasa de homicidios es más alta que en cualquier otro país de América Latina. Según el informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Colombia ocupa el primer lugar en América Latina en cuanto a la tasa general de homicidios. La tasa de homicidio en Colombia es de aproximadamente 30 por cada 100.000 habitantes. Esto es más alto que la tasa promedio de homicidios en toda América Latina, que es de 20 por cada cien mil habitantes.
En Colombia, los niños son especialmente vulnerables a los abusos y la explotación. Las niñas son particularmente vulnerables a las violaciones y la prostitución. Muchas niñas son obligadas a casarse con hombres mayores que ellas. También hay muchos casos de abuso sexual infantil.

Los padres han pedido al gobierno colombiano que proteja a los niños de la violencia.

«Cuando Pablo tenía cuatro años, su padre lo llevó a un centro de atención médica en Bogotá. El médico le dijo a Pablo que su corazón estaba bien, pero que necesitaba una cirugía para reparar una válvula cardíaca defectuosa. Su padre se negó a pagar la cirugía, diciendo que era demasiado costosa. El niño fue llevado a un hospital privado, donde murió poco después de la cirugía. Su madre, María, lloró desconsoladamente durante horas. Ella sabía que su hijo había muerto, pero no podía creerlo. Cuando finalmente pudo hablar con su hijo, ella le dijo que él había muerto en un accidente de tránsito. María lloró durante horas, hasta que finalmente se calmó. Ella se dio cuenta de que su dolor era real. Ella no podía dejar de llorar. Ella quería que su pequeño hijo estuviera vivo. Ella nunca olvidará ese momento.»
Pablo nació en Colombia en 1989. Él y su familia viven en una casa de dos habitaciones en el barrio de Ciudad Bolívar, en Bogotá, Colombia. Pablo tiene tres hermanos y una hermana. Su hermano mayor, Juan, tiene 13 años y estudia en la escuela secundaria. Su hermana menor, María Fernanda, tiene 11 años y está en la primaria.

El gobierno colombiano debe tomar medidas inmediatas para proteger a los niños del acoso callejero y la intimidación

«El gobierno colombiano debería tomar medidas urgentes para proteger contra la violencia a los menores de edad. Los niños son vulnerables a la violencia callejera y a la intimidación».
«Los niños deben ser protegidos de la intimidación: las autoridades deben garantizar que los niños tengan acceso a servicios de salud mental y protección infantil».
«La policía debe investigar todos los casos de violencia contra los niños y llevar a los responsables ante la justicia».
«Los padres deben denunciar cualquier caso de violencia o abuso contra sus hijos a las autoridades competentes».
«Si usted o alguien que conoce ha sido víctima de violencia, puede llamar a la línea de ayuda gratuita de la Policía Nacional de Colombia al teléfono 123. También puede comunicarse con la Línea de Ayuda de la Defensoría del Pueblo al número 01 8000 744 444».
La Fundación Colombiana para la Niñez (Fundacioncolombiana) es una organización sin ánimo de lucro que trabaja para mejorar la calidad de vida de los niños colombianos. Fundacioncolombia ofrece información sobre cómo prevenir la violencia contra la infancia, así como recursos para ayudar a los sobrevivientes de la misma.

Los padres esperan que el gobierno colombiano tome medidas inmediatas contra los responsables de la violencia contra los niños.

Los padres de Paul Duggan, un niño de 12 años que fue asesinado en Bogotá, Colombia, el pasado mes de agosto, están luchando por mantenerlo a salvo. El niño fue asesinado por un hombre que lo golpeó repetidamente en la cabeza con un palo de madera. La policía colombiana dijo que el hombre había sido detenido, pero no se ha revelado su identidad.
Paul Duggan fue asesinado mientras jugaba en la calle con otros niños. Su madre, María José, dice que su hijo era un niño feliz y alegre. Ella dice que nunca vio a su esposo golpear a su marido. Ella cree que el padre de Paul, quien vive en Estados Unidos, es el responsable de la muerte de su hijo.
María José dice que ella y su esposo han estado luchando para mantener a Paul a salvo desde que murió. Ella afirma que el papá de Paul le dijo que no quería que su hija fuera a la escuela porque estaba demasiado asustada. Ella también dice que el señor Duggan le dijo a su hija que no hablara con nadie sobre lo que había sucedido.

La comunidad internacional debe presionar al gobierno colombiano para que proteja mejor a los niños.

En Colombia, los niños son víctimas de la guerra y la violencia. Los niños son particularmente vulnerables a la violencia sexual y física, así como a la tortura y la desaparición forzada. Las niñas y las mujeres son especialmente vulnerables a estos abusos. Los menores de edad son más propensos a ser reclutados por grupos armados ilegales y a ser utilizados como soldados o combatientes. Los jóvenes son particularmente afectados por la violencia relacionada con el conflicto, ya que tienen menos oportunidades de escapar de la situación de violencia.
La violencia contra niños y niñas es una violación de los derechos humanos fundamentales. Es inaceptable que los niños y las niñas sean víctimas de actos de violencia, incluidos los asesinatos, la tortura, la mutilación genital femenina, la violencia doméstica, la explotación sexual y el reclutamiento forzoso. La violencia contra ellos es un crimen de guerra y un crimen contra la humanidad.
Colombia es uno de los países más violentos del mundo. Según el informe anual de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Colombia ocupa el puesto número 17 entre los países con mayor tasa de homicidios en el mundo. En 2016, hubo más de 100.

Las Naciones Unidas deben apoyar a los padres de Pablo para que puedan llevar a cabo su lucha por la protección de los niños.

Los padres de Paul Duggan están luchando por mantenerlo a salvo mientras se encuentra en Colombia. El niño fue secuestrado por hombres armados en el norte de Colombia en marzo de 2017. Desde entonces, ha sido torturado y sometido a malos tratos. Su familia ha pedido ayuda a las Naciones Unidades para que les ayuden a encontrar a su pequeño.
Paul Duggan nació en Australia en 2002. Cuando tenía dos años, su familia se mudó a Colombia. A los tres años, Paul fue secuestrada por hombres desconocidos. Después de varios meses de secuestro, los secuestradores le dijeron a su familia que lo habían vendido a un grupo armado ilegal. Sin embargo, Paul nunca fue visto ni escuchado desde entonces.
Paul está siendo torturado por los secuestros y los malos tratos que ha sufrido. Sus padres han pedido ayuda para encontrar a Paul. Si usted conoce a Paul, por favor llame al teléfono PI:KEY.
El pasado mes de abril, el Comité de los Derechos del Niño de las NNUU emitió una declaración sobre el caso de Paul. El Comité expresó su preocupación por la falta de información sobre el paradero de Paul y pidió al Estado Parte que proporcionara información sobre su paradero y su estado de salud.

La comunidad mundial debe condenar la violencia contra niños en Colombia.

La comunidad internacional debe condenar enérgicamente la violencia perpetrada contra niños y niñas en Colombia, y debe hacer todo lo posible para protegerlos. La comunidad internacional también debe trabajar con el Gobierno colombiano para garantizar que los niños y las niñas sean protegidos de la explotación y la violencia.
En este momento, los niños son víctimas de graves abusos y violaciones de sus derechos humanos. Los niños y adolescentes son particularmente vulnerables a la violencia sexual, la violencia física, la tortura y los asesinatos. Las mujeres y los niños también son víctimas frecuentes de la trata de personas, la prostitución forzada y la esclavitud sexual. Los menores de edad son especialmente vulnerables a los efectos de la guerra, como el reclutamiento forzoso, la mutilación genital femenina, la violación y el matrimonio infantil.
El Comité de Protección de los Niños de las Naciones Unidas (CRC) ha expresado su preocupación ante la situación de los derechos humanos de los menores en Colombia y ha instado al Estado parte a adoptar medidas urgentes para poner fin a la impunidad y proteger a los niños de la discriminación y la estigmatización.

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